Un Ensayo sobre Gratitud para la Matrona de Palabras
Alicia Assad, MAPP '08, Consejera de Salud, fue Miss New Jersey y Rockette de Radio City. Es madre de un hijo que ha sobrevivido a quemaduras, y alguien que ha sufrido varias pérdidas en embarazos. Está comprometida a escribir y hablar acerca de cómo aplicar la psicología positiva en tiempos de trauma y crisis, y de cómo esto puede llevar a la resiliencia y a la esperanza. Para más información, por favor, visita su página web, Crisis Hermosa (Beautiful Crisis). Biografía completa. Los artículos de Alicia se encuentran aquí.
Traducido por Ariana Morales
Durante mi último embarazo, no podía dejar de pensar en el término “bebé arcoíris” quería creer que el bebé en mi vientre traería alegría, paz y sanación después de la pérdida, pero sentí que esta esperanza podría ser peligrosa.
Redefiniendo la esperanza
Me propuse escribir un artículo acerca del peligro de dejar que nuestra felicidad esté determinada por ese bebé que podamos o no tener en nuestros brazos. Una madre nunca sabe si va a poder abrazar a su arcoíris hasta que se lo dan en sus brazos.
La parte optimista en mí quería creer que algún día podría abrazar al bebé que llevaba dentro. Con este arcoíris, podría sanar viejas heridas y seguir adelante. Pero el haber perdido a un bebé anteriormente me forzó a redefinir la esperanza. Ahora no pensaba en ello como esperando que mis expectativas se cumplieran. En vez de eso veía a la Esperanza como una fortaleza derivada independientemente de lo que la vida trajera.
Al estar embarazada después de la pérdida, no sabía si mi arcoíris después de la tormenta vendría en forma de un bebé. Había riesgos involucrados, de salud, y posiblemente, en vez, tendría que ir afuera y pintar mis propios arcoíris.
Enfrentando el Bloqueo del Escritor
En mi manifesto contra los bebés arcoíris, mis palabras no fluían. Deseosa por mostrar mi punto en este asunto, me acerqué a Kathryn Britton, mentora y editora, para su consejo. Ella sugirió que esperara hasta que el bebé naciera para escribir esta parte diciendo, “Quizás solo deja que disfrutes estas últimas semanas por lo que son…quizás [esta es] tu última vez que estarás esperando el sostener al nuevo bebé en tus brazos. Deja que la escritura continúe en tu subconsciente. ¿Por qué tanta prisa?
Guardé el artículo del bebé arcoíris, reconociendo que tenía un pesimismo poco característico, y para el punto de Britton, no volvería a recuperar esos momentos finales de mi embarazo. Mi intención era saborear los momentos, pero antes de que pudiera parpadear, ya me encontraba en el momento grueso del final de mi embarazo haciendo mi rutina de hornear y cocinar un congelador lleno de comidas. Me alejé de la ansiedad por del bienestar de mi bebé, aún sin nacer, con cada plato de sopa que cocinaba y con cada armario que organizaba.
Después escribí un artículo sobre Compasión como Mecanismo de Afrontamiento porque me sentía mejor admitiendo que estaba asustada y vulnerable en vez de pretender que tenía las respuestas a mis grandes preguntas acerca de cuánta esperanza uno debe tener. Encontré confort al rendirme a mi más auténtico ser. Necesitaba residir en un espacio seguro y dejarme sentir dudosa y asustada como viví la historia que sabía que eventualmente escribiría.
Un Año Después
Ha pasado un año desde ese bloqueo de escritor sobre el bebé arcoíris. Recientemente acabo de romper mi silencio en un artículo publicado en el Huffington Post titulado I Didn’t Believe in Rainbow Babies (Yo no creía en los bebés arcoíris). Desde el 21 de octubre de 2015 cuando mi hija nació, ella se convirtió en el eslabón perdido de nuestra familia, la bendición que alivió nuestros corazones después de la pérdida. Las palabras acerca de cómo su nacimiento dio lugar a un tiempo de atención plena se quedaron en mi subconsciente mientras saboreaba la bendición que había recibido. Mi Rose y el arcoíris que ha traído a mi mundo tiene más que ver quizá con permitir una experiencia de alegría después de la pérdida y regocijarse en la gratitud, más que de cuánta esperanza debemos o no tener. Esto aún queda como una pregunta para la cual todavía no tengo una buena respuesta.
Mientras estaba parada frente al precipicio entre la antigua vida y la nueva antes de dar a luz a cada uno de mis hijos, sabía que mi vida iba a cambiar, pero no sabía específicamente cómo. Antes de Rose, pensé que era solo la adversidad la que te podía cambiar, pero recibir bendiciones también te cambia. Entiendo muy bien cómo la pérdida puede hacernos más fuertes, pero Rose me enseñó que cuando hay alegría, cuando nuestra esperanza más ferviente trae frutos, es el momento de detenerse y saborear.
También aprendí que algunas veces necesitamos un poco de aceptación o con mayor importancia, auto-compasión. La psicóloga positiva en mí pretende ser feliz, saborear y celebrar más y mirar mis bendiciones. Sin duda, estos conceptos me han dado soporte en tiempos ordinarios, así como en la adversidad. Pero a través de un embarazo después de la pérdida con toda mi preocupación, ansiedad y hormonas, encontré que era mejor rendirse a mi más auténtico ser y honrar su existencia.
Me recuerda una vez más lo mucho que otras personas importan como lo fue Britton, la matrona de palabras, que en última instancia me ayudó a llevar mi perspectiva sobre los bebés arcoíris al mundo. Empecé a escribir bajo su dirección en medio de mi tormenta de adversidad. Mi proceso de escritura fue de catarsis, y ella me permitió un espacio para encontrar mi voz auténtica en la escritura, haciendo sugerencias de manera gentil para mejora y apoyo, con sus “twinkies” de conocimiento.
A veces es el más pequeño empujón o sugerencia la que puede causar un efecto en cascada de cambio en nuestras vidas. Nuestras palabras son poderosas porque pueden ayudar a alguien a cambiar de perspectiva como las palabras de Britton cambiaron la mía. Cuando el conocimiento de otra persona nos puede llevar a un lugar más positivo que nos permite que se desarrollen nuestros sueños más duraderos, más inverosímiles, tal vez deberíamos compartir abiertamente nuestra gratitud y apreciar lo mucho que las demás personas importan tanto en dificultades como en la celebración.
Por mucho tiempo he atesorado la cita de Rainer Maria Rilke: “Sé paciente frente a todo aquello que no está resuelto en tu corazón y trata de amar las preguntas por sí solas, como habitaciones cerradas y como libros que están escritos en una lengua extranjera. Ahora no busques las respuestas que no se te pueden dar porque serás capaz de vivirlas. Y el punto es, vivir todo. Vive las preguntas ahora. Quizás entonces gradualmente, sin darte cuenta, vivirás un día distante en la respuesta.”
Me gusta decir que algunas veces necesitamos sentarnos con las preguntas difíciles, “al estilo Rilke” y mi intención es mantener esta paciencia yendo hacia delante. Mi bloqueo de escritor sobre el bebé arcoíris me sirve como recordatorio de que a veces necesitamos sentarnos y dejar que la vida se desarrolle mientras mantenemos la auto-compasión en nuestro estado pasivo. De acuerdo a la sugerencia de Britton, dejo que la escritura entre a mi subconsciente y mientras muchas preguntas aún quedan en mi corazón, mi voz ha surgido en el mundo.
Referencias
Assad, A. L. (2016). I didn’t believe in rainbow babies. Huffington Post.
Assad, A. L. (2015). How shifting my focus to gratitude helped my family heal. Phoenix Society Burn Support Magazine, Issue 2.
Assad, A. L. (2015) Growing through Adversity. Positive Psychology News.
Assad, A. L. (2015). Compassion as a Coping Mechanism. Positive Psychology News.
Assad, A. L. (2015) Allowing the Experience of Joy After Loss. Website Blog Post
Assad, A. L. (2015). The choice to find a pathway to hope.
Bryant, F. & Veroff, J. (2007) Savoring: A new model of positive experience.. Mahwah, New Jersey: Lawrence Erlbaum Associates.
Flam, L. (2015, Sept. 26) Stunning ‘rainbow babies’ photo inspires stories of loss, joy and hope. Today Health and Wellness.
Emmons, R. (2007) Thanks!: How the new science of gratitude can make you happier. Boston: Houghton Mifflan Company.
Website discussion of hope:
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