El Entusiasmo Imprudente Conoce la Prudencia
Allison Holzer es una apasionada de los líderes desafiantes y aprovechar el poder de sus emociones para lograr el éxito. Es cofundadora de InspireCorps, una firma de consultoría dedicada a la inspiración sostenible y al desarrollo de liderazgo para organizaciones. También ha desarrollado conjuntamente un enfoque de coaching de inteligencia emocional con investigadores del Centro de Inteligencia Emocional de Yale y Hunter College. Más información: Biografía, blog, LinkedIn, artículos revisados por pares o Twitter. Ella te invita a hacer una encuesta de inspiración de 5 minutos. Sus artículos están aquí.
Traducido por Georgina Saldaña Ocáriz
Hace casi veinte años, cometí un inexperto error que me pudo haber costado la vida. Ante esta inesperada crisis personal, aprendí una lección crítica sobre equilibrar la emoción y la acción audaz con la prudencia.
En un día sumamente caluroso en New Hampshire, me uní a un grupo de amigos que se dirigían al río Connecticutpara refrescarse nadando. En mi emoción por mi primer día nadando en el río, conocido por ser algo que todos los estudiantes de Dartmouth deben hacer antes de su graduación, salí corriendo a toda velocidad dejando pronto al grupo atrás. Cuando llegué al muelle, salté del borde aun corriendo a toda velocidad. ¡Qué momento de imprudente entusiasmo!
Habiendo sido una nadadora clasificada nacionalmente cuando era adolescente, la idea de ahogarme nunca pasó por mi mente. Sin embargo, cuando golpeé inesperadamente el agua fría en ese caluroso día, experimenté algo llamado respuesta de choque frío, la cual puede ser mortal en un par de minutos incluso en agua sólo moderadamente fría. Mi presión arterial crónicamente baja me hizo especialmente vulnerable. En el impacto supe que algo estaba mal. Mi pecho se estrechó y me impidió respirar. Mis brazos y piernas normalmente hábiles para nadar difícilmente se movían para mantenerme a flote. Estaba en un estado total de pánico en mi propia indefensión, impactada de que mi momento de efusivo deleite de hace un momento pudiera terminar siendo el último.
Luché por permanecer en la superficie del agua y jadeaba por conseguir aire, incapaz de gritar por ayuda o nadar a la seguridad del muelle que estaba sólo a unos metros de distancia. Entonces vi a un Golden Retriever corriendo hacia mí. No sé cómo supo que estaba en problemas, pero saltó al agua y nadó directo hacia mí. Me rodeó de cerca de modo que pudiera agarrarme a su pelo. Esta perceptiva y altruista Golden Retriever (quién luego supe que se llamaba Ceili) me rescató. Cuando mis amigos llegaron, estaba sentada en el muelle y abrazando a Ceili, agradecida por el obsequio que me dio de una segunda oportunidad.
La semana pasada, le conté esta historia a mi hijo de cinco años de edad. Mi lado de madre protectora quería darle cierta sabiduría sobre evitar riesgos indebidos. Me recordó el proverbio en el libro de los 25 años de edad de que “Todo lo que realmente necesito saber lo aprendí en el jardín de niños”, porque me enseñó una lección inesperada.
“¿Qué pude haber hecho diferente?”. Él no dijo “No saltar”. En cambio, respondió rápidamente: “Primero, no ir sola. Segundo, usar un chaleco salvavidas.”
Algo hizo click. En el panorama acelerado y competitivo de hoy, todos nosotros, y especialmente los líderes, necesitan ser audaces y decisivos en tomar acción. Los mejores líderes siguen su intuición y entusiasmo hacia direcciones y soluciones innovadoras. Los mejores y más audaces líderes saltan. Sin embargo, existe una delgada línea entre la rápida toma de decisiones y avanzar muy rápido hacia una oportunidad excitante que salte a aguas inexploradas y se ponga a sí mismo y a otros en riesgo de una innecesaria crisis.
¿Cómo pueden los líderes saltar sin ponerse ellos mismos en riesgos indebidos?
Siga un sabio consejo
Primero, no vaya solo. Mientras yo saltaba al agua sola, no estuve sola por mucho tiempo; Ceili, mi red de seguridad, me siguió pronto.
Como líder, puede haber un gran costo por moverse demasiado rápido e ir sólo: ¡una inesperada respuesta de choque frío! Cuando sienta un impulso de ir hacia una dirección excitante, tome tiempo para mirar alrededor y ver quién puede ayudarle a evaluar el riesgo y siga adelante. Tome tiempo para reflexionar sobre la situación y obtener la contribución de su equipo, colegas y su personal. Sin la perspectiva de los demás, puede estar ciego sobre riesgos desconocidos que puedan hundirle.
Segundo, use un chaleco salvavidas. Cuando tome un riesgo organizado para su equipo, organización o el crecimiento de su compañía, tenga un plan B para protegerse y proteger a su equipo. No se exponga a sí mismo a demasiados riesgos demasiado rápido sin tener sistemas y apoyos en su lugar para mantenerlo a flote. Puede moverse rápido mientras es prudente si toma tiempo para recolectar información, hacer una lista de verificación y planear en consecuencia.
La próxima vez que enfrente una emocionante oportunidad de tomar un riesgo que pueda hacer una diferencia positiva para su equipo u organización, recuerde presentarle la prudencia a su imprudente entusiasmo, el arte de pensar en el futuro y pedir ayuda. Cuando el entusiasmo y la prudencia trabajan juntos, los riesgos ya no se vuelven imprudentes.
Referencias
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Peterson, C. & Seligman, M. (2004). Character strengths and virtues: A handbook and classification.. Oxford: Oxford University Press.
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River Dock courtesy of Christian Collins
Swimming golden retriever courtes of lexinight15
Kindergarten boys together courtesy of sean dreilinger
Life vest courtesy of the author.