El Florecimiento y los amigos en Facebook
Bridget Grenville-Cleave, MAPP doctora de la Universidad de East London tiene más de 17 años de experiencia en la Gestión del Cambio Organizacional, Finanzas, Estrategias de Negocios, y trabaja como profesora independiente de negocios. Regularmente escribe en Workmad. Biografía completa.
Sus artículos anteriores en inglés están aquí. Y también puedes encontrar sus otros artículos traducidos al español aquí.
Positive Psychology News Daily, NY (Bridget Grenville-Cleave) – February 26, 2009, 10:56 am
Traducido por Miriam Torres Brinkmann
¿Estás en Facebook, Myspace, Twitter o cualquier otra de las cientos de redes sociales en internet? Son geniales, ¿no te parece? Tengo un amigo que es un adicto a las redes sociales. Sí, como lo oyes, no pasa una hora sin que esté actualizando su status en Twitter, que ahora está sincronizado con su perfil en Facebook, matando así dos pájaros de un tiro. ¿Flujo de información en Twitter? Más parece un torrente. Frecuentemente aparece algo así:
7.15 am Tengo problemas para levantarme
9.02 am Estoy escuchando Money, Money, Money de Kevin Ayers en mi iPod
9.48 am Estoy mirando mi lista de tareas y pensando en las campanas del infierno
10.12 am Tomando mi tercer café del día, esperando que llegue la nueva mercancía
10.25 am Pensando en almorzar. Ojalá no me hubiera tomado mi tercera taza de café.
10.43 am ¿Alguien sabe cuándo llega la mercancía nueva? En vez de eso, empiezo con el plan de producción de las próximas semanas
Te haces una idea. Es así todos los días. Voy a tener que dejar de seguir a Chris pronto; me lleva demasiado tiempo.
Aparte de la inevitable pregunta “¿Cómo puede Chris tener tiempo para trabajar?”, los detractores de las redes sociales pueden preguntarse para qué es todo esto. Mi cuñado estaría incluido en esa categoría. No es un reaccionario ni un tecnófogo, y está convencido desde hace algunos años del valor empresarial de los blogs, pero el propósito de las redes sociales, generalmente, y de Twitter en particular, continúa sin convencerlo y le parece que la gente sólo publica una sarta de groserías.
Facebook – ¿Amigo o enemigo?
Merece la pena mencionar que el fenómeno de las redes sociales ha recibido críticas recientes de varios psicólogos británicos. Por lo visto, son perjudiciales para el bienestar y la salud tanto física como psicológica-. El Dr. Oliver James [1] (descubridor de la Afluenza) ha sido citado en la revista Times diciendo:
“Twittening proviene de una falta de identidad. Es una actualización constante de quién eres, qué eres y dónde estás. Nadie haría Twitter si tuviera un sentido fuerte de identidad.”[2].
Esta es la opinión profesional de James, no creo que se hayan hecho estudios sobre la identidad psicológica de los usuarios de Twitter aún. Quizás para algunos (¿muchos?) usuarios de Twitter, James tiene razón, si se atienen a la pregunta de Twitter “¿Qué estás haciendo?”, hay muchas posibilidades de que sus Tweets parezcan un flujo de (in)conciencia capaz de rivalizar con Proust o Kerouac. Si eso es beneficioso para ellos o para alguien más, no se sabe.
Pero quizás el tema no sea tan sencillo como eso. Muchos usuarios de Twitter no lo usan como sugiere James; nunca contestan a la pregunta “¿Qué estás haciendo?”. Están adaptando el medio, empleándolo mucho más para intercambios de ideas, información, enlaces a webs, y diálogos tanto públicos como privados de 1-a-1 o de 1-a-muchos.
Son muy raros los estudios específicos sobre el impacto de Twitter aunque hay muchos sobre internet, la comunicación humana sobre internet (conocida como comunicación mediada por computadoras o CMC), y cada vez más sobre redes sociales en general. Respecto a lo que se refiere a cuestiones sobre el yo y la identidad en relación con la web, otros psicólogos como Adam Joison, han sugerido que internet nos puede permitir crear un los “yos” anhelados o posibles en nuestras vidas reales.
“…para alguien con un yo posible anhelado que recibe aprobación en internet, es posible que esto le dé fuerza a sus intentos de conseguir ese yo también en la vida real.” [3]
Al mismo tiempo que se publicaba la condena de James a Twitter y sus usuarios, la BBC hablaba del estudio del Dr.Aric Sigman [4], que mostraba que la fata de contacto cara a cara podría tener efectos físicos en el cuerpo humano y la manera en que se desarrolla, por ejemplo, alterando niveles hormonales. Sigman dice que el tiempo que pasamos comunicándonos en línea es tiempo que antes lo hubiéramos pasado en interacción cara a cara y como resultado, el proceso de adaptación que hubiera sucedido en el cuerpo humano no está ocurriendo.
Esto produjo titulares como “Cómo usar Facebook podría elevar tu riesgo de cáncer”[5], y el menos sensacionalista pero igualmente preocupante “La salud de los británicos en riesgo por el tiempo que pasan en el mundo virtual”[6]. De hecho, el trabajo de Sigman ni siquiera menciona a Facebok o a Twitter, y no está basado en ningún experimento sobre el impacto de las redes sociales; la concusión de que todos deberíamos evitarlo parece que viene de un estudio llevado a cabo en 1998 [7], (esto es mucho antes de que aparecieran las redes sociales) que fue malinterpretado en su momento, y desde entonces ha sido actualizado con muchos datos positivos.
Hasta ahora todo es muy pesimista. Seguramente que debe haber algo de psicología positiva en las redes sociales. Para empezar ¿Qué pasa con la creación de nuevas amistades?
¿Cuál es el número mágico?
Está bien, vamos a hablar del tema de los amigos. Puede que seas escéptico respecto a la cantidad de amigos que los seguidores de Facebook o de Twitter que acumulan algunos usuarios. Seguramente dirás que es imposible conocer a tanta gente. En los años 90 mucho antes del advenimiento de las redes sociales, el antropólogo británico Robin Dunbar sugirió que, desde una perspectiva evolutiva, el número óptimo de contactos sociales de una persona es 150; un número mayor, decía, y las redes comienzan a desintegrarse [8].
En Facebook, el número medio de amigos se dice que es de 200-250, con algunos que tienen miles. ¿Qué podemos decir de esto? ¿El hecho de tener nuevos amigos en Facebook (o seguidores en Twitter) o de tener más amigos que tus amigos te hace feliz? ¿Qué se puede decir, si es que se puede decir algo, sobre el bienestar de una persona con respecto al tamaño de su agenda virtual(“address book”)?
Cuando la debilidad es fortaleza
Típicamente pensamos que vínculos fuertes (el tipo de los que se tienen con amigos cercanos) son mejores o más valiosos que los vínculos débiles (del tipo que se tienen con conocidos). “La fortaleza de un vínculo se caracteriza por una combinación de compromiso de tiempo, intensidad emocional e intimidad (confianza mutua) y servicios recíprocos”[9] Así que cuanto más tiempo, emoción, intimidad, etc haya de por medio, más fuerte será el vínculo. Sin embargo, es muy improbable que una persona pueda tener una relación cercana con cientos de amigos del Facebook. Muchos serán simples conocidos más que confidentes de toda la vida con los que podamos compartir nuestros más profundos secretos. El sentido común nos dice que, con toda probabilidad, la gente con la que cuentas como amigos “de verdad”, por ejemplo, aquellos a los que te diriges en una crisis, probablemente sean menos de cinco. ¿Así que eso significa que todas nuestras otras amistades de Facebook son falsas o no tengan valor?
Aquí es donde entra la teoría de la “Fortaleza de los vínculos débiles” ”[10] . El profesor Mark Granovetter de la Universidad de Stanford sugiere que, paradójicamente, los vínculos débiles pueden ser más beneficiosos que los fuertes, en algunas circunstancias. Así es como funciona. Nuestros conocidos se mueven en círculos sociales diferentes que nosotros, así que tienen acceso a información diferente (y potencialmente superior) y a más fuentes que nuestros amigos cercanos, y así que nos pueden aportar un apoyo diferente (y potencialmente superior). Así que tener muchos amigos en Facebook o Twitter basados en vínculos débiles ciertamente no debe ser menospreciado. Si algo tiene sentido al emplear las redes sociales es para crear tantas conexiones nuevas como puedas.
Así que ¿cuántos amigos tienes en el Facebook o seguidores en Twitter? De hecho, si me perdonas, me voy a conectar, actualizar mi estatus y añadir unos cuantos más.
Referencias
[1] http://www.selfishcapitalist.com/
[2] http://women.timesonline.co.uk/tol/life_and_style/women/the_way_we_live/article5747308.ece
[3] Joinson, A.N (2003). Understanding the Psychology of Internet Behaviour: Virtual Worlds, Real Lives London. Palgrave Macmillan.
[4] Sigman, A. (2009).Well connected? The biological implications of ‘social networking’. Biologist, 56(1), 14-20.
[5] http://www.dailymail.co.uk/health/article-1149207/How-using-Facebook-raise-risk-cancer.html
[6] http://news.google.co.uk/news?ned=uk&ncl=dE7vtci7IJ0j3yM67myN2t7kJ-i6M
[7] Kraut, R. Patterson, M, Lundmark, V, Kiesler, S., Tridas, M. & Scherlis, W. (1998) Internet paradox: a social technology that reduces social involvement and psychological well-being? American Psychologist, 53, 1017-31.
[8] http://www.newscientist.com/blog/technology/2008/04/is-150-friends-human-limit.html
[9] Granovetter, M. (1973). The strength of weak ties. American Journal of Sociology, 78( 6), 1360-1380.
[10] Granovetter, M. (1983). The strength of weak ties: A network theory revisited. Sociological Theory, 201-233.
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1. Amit Gupta
2. *spud*
3. Luc Legay
Topics: All, Communication, Positive Feelings 8 comments
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