¿Es usted medio ayudante o un ayudante de todo corazón?
Bridget Grenville-Cleave, MAPP doctora de la Universidad de East London tiene más de 17 años de experiencia en la Gestión del Cambio Organizacional, Finanzas, Estrategias de Negocios, y trabaja como profesora independiente de negocios. Regularmente escribe en Workmad. Biografía completa.
Sus artículos anteriores en inglés están aquí. Y también puedes encontrar sus otros artículos traducidos al español aquí.
Positive Psychology News Daily, NY (Bridget Grenville-Cleave) – Marzo 26, 2010.
Traducido por Norely Gomez
Actos de bondad al azar
Todo buen psicólogo positivo sabe que los actos de bondad al azar están relacionados con el bienestar. Recientemente estuve buscando investigaciones de psicología positiva que relacionara el bienestar con la ayuda en general. Uno de los estudios empíricos más citados fue el de Sonja Lyubomirsky y sus colegas que dice que haciendo una serie de actos de bondad, que podrían ser cosas simples como sostener la puerta abierta a un extraño, o ayudar a alguien a transportar víveres al coche, puede incrementar el bienestar, sobre todo si se hacen en ráfagas concentradas (los participantes de la investigación hicieron 5 actos de bondad al día una vez por semana durante 6 semanas). La intervención fue pensada para impactar el bienestar mediante el aumento del autoestima, creando interacciones sociales positivas, y aumentando los sentimientos de caridad hacia los demás. En otras palabras, ayudar mediante la realización de actos de bondad mejora la calidad en las relaciones de las personas.
Un pseudo-experimento
Durante mis estudios MAPP en la Universidad de East London, un pequeño grupo de mi clase decidió hacer nuestra propio pseudo-experimento con actos de bondad. Un sábado por la tarde nos dedicamos a la distribución de botellas de Budweiser que quedaron de nuestra fiesta de verano de la facultad a otros estudiantes – algunas las dimos en el camino de regreso a nuestra residencia, algunas en la espera del autobús del campus de ventanilla única para un viaje a la ciudad, algunas a los que estaban lavando diligentemente en la lavandería del campus . Por supuesto, no podía medir el efecto científicamente, pero definitivamente nos sentíamos bien dando nuestras cosas, y a juzgar por las sonrisas, la diversión, y la gratitud de las personas que recibieron las botellas de Budweiser, de forma gratuita, también se sentían bien. Para algunos parecía como si fuera la primera vez que habían dado algo por nada. Tuvimos que asegurarles que no era un truco y que no estaban en la cámara oculta.
Investigaciones recientes sobre la ayuda y la motivación
Netta Weinstein y Richard Ryan de la Universidad de Rochester han publicado recientemente las investigaciones sobre el impacto de hacer las cosas por los demás. El nombre de Ryan se relaciona más frecuentemente con la Teoría de la Autodeterminación (SDT) que relaciona la motivación intrínseca y extrínseca de las tres necesidades psicológicas básicas de autonomía, de relación y competencia. Hay aquí una pista a la naturaleza de sus experimentos y sus conclusiones finales.
Su investigación examinó la relación entre el bienestar y la ayuda autónoma por un lado vs. la ayuda controlada por el otro lado. Con la ayuda autónoma, damos libremente porque queremos ayudar. Con la ayuda controlada, estamos obligados a dar, tal vez porque nos sentimos culpables, porque se nos dice que ayudemos, o porque uno se recompensa por ayudar.
Se llevaron a cabo cuatro estudios diferentes, incluyendo un estudio en el que a diario se anotaban las conductas de ayuda y de bienestar y los experimentos en los que las personas aleatoriamente recibieron la oportunidad de ayudar a su compañero de estudio a completar una prueba y ganar un premio que ellos mismos se vieron impedidos de ganar.
Lo que tal vez sorprende es que ayudar a otros, per se, generalmente no se refiere al bienestar medido por el bienestar subjetivo, la vitalidad o la autoestima. Las personas que participaron en más conductas de ayuda durante 2 semanas no estaban mejor, ni había gente mejor en los días en que ayudó a alguien en comparación con los días en que no lo hizo. Sin embargo, la ayuda autónoma tuvo un impacto consistente y sustancial en el bienestar.
Estos estudios sugieren que puede que no sea el acto de ayudar en sí mismo el responsable de incrementar el bienestar de quien ayuda, sino la calidad de motivación específica del acto. Esta es una aclaración importante del mensaje general de que ayudar es bueno para su bienestar.
¿Y qué pasa con el bienestar de las personas que recibieron ayuda?
¿Se aumentó el bienestar de las personas que recibieron ayuda? Los estudios demostraron que los receptores de ayuda autónoma experimentaron un mayor bienestar en términos de afecto positivo, la vitalidad y autoestima, mientras que los beneficiarios de ayuda controlada no obtuvieron ningún beneficio de bienestar e incluso reportaron menor bienestar que los que no recibieron ninguna ayuda en lo absoluto. Los beneficiarios de la ayuda autónoma también creyeron que sus ayudantes hicieron un mayor esfuerzo, y se sentían más cercanos a ellos.
Vale la pena señalar que en el estudio, las personas que recibieron ayuda no se les dijo de la motivación de sus ayudantes. Weinstein y Ryan sugieren que por lo tanto las respuestas fueron totalmente generadas como resultado de la calidad de la experiencia interpersonal, que recibir ayuda autónoma nos hace sentir más valorados, en comparación con recibir ayuda de alguien que se siente obligado a dar. No estoy tan segura de esta explicación. Personalmente creo que es muy probable que al menos algunas de las personas por instinto pudieron detectar la motivación de la ayuda.
Sin embargo, esta investigación plantea algunas preguntas interesantes sobre el impacto de la ayuda en el bienestar de otras personas, particularmente cuando no se tiene la opción de decidir si ayudar o no, parece ser el resultado de que el bienestar es más bajo que si no se les ayudó en primer lugar. Así que tal vez todos tenemos que pensar dos veces antes de hacer las cosas por los demás sin ganas o de mala gana. Lo que Weinstein y la investigación de Ryan parecen sugerir es que hay que ayudar de todo corazón, o sino mejor no hacerlo.
Referencias
Lyubomirsky, S., Tkach, C., & Sheldon, K.M. (2004). [Pursuing sustained happiness through random acts of kindness and counting one’s blessings: Tests of two six-week interventions]. Unpublished raw data. Results presented in: Lyubomirsky, S., Sheldon, K. M., & Schkade, D. (2005). Pursuing happiness: The architecture of sustainable change. Review of General Psychology, 9, 111–131.
Weinstein, N & Ryan, R. (2010). When helping helps: Autonomous motivation for pro-social behavior and its influence on well-being for the helper and recipient. Journal of Personality and Social Psychology, 98 (2), 222–244.
Imágenes:
Kindness of Strangers courtesy of Ed Yourdon
Help! courtesy of D3 San Francisco
Hugo with dandelions courtesy of Bridget Grenville-Cleave