¿De verdad quiere ser feliz? Tres simples reglas que todos necesitan saber
Bridget Grenville-Cleave, MAPP doctora de la Universidad de East London tiene más de 17 años de experiencia en la Gestión del Cambio Organizacional, Finanzas, Estrategias de Negocios, y trabaja como profesora independiente de negocios. Regularmente escribe en Workmad. Biografía completa.
Sus artículos anteriores en inglés están aquí. Y también puedes encontrar sus otros artículos traducidos al español aquí.
Positive Psychology News Daily, abril 27, 2011
Traducido por María Augusta Franco
En las clases de la Maestría en Psicología Positiva, que dicto junto con mi compañera de la Universidad de East London MAPP, Miriam Akhtar, la importancia del rol que juega la gratitud en motivar el bienestar se hizo presente. La gratitud está presente cuando la gente te escribe cartas de agradecimiento, reflexiona sobre las tres cosas buenas que le sucedió en la semana, o simplemente dice “Gracias” a alguien (sintiéndolo de corazón).
Pero nuestros participantes a veces se cohíben ante la petición de leer en voz alta una Carta de Agradecimiento. Parecería que esta forma de expresar esta emoción es un paso muy grande. “Enviar una carta es una cosa” dice Katrina, “pero yo no puedo pararme en frente de (Sra. X) y leerla en voz alta – es muy embarazoso, ¡para todos!”
Como siempre sucede, estamos en buena compañía: Gracias Sonja Lyubomirsky, por ser lo suficientemente honesta en admitir que expresar tu gratitud tampoco es lo tuyo.
La importancia de ejercitarse
Durante nuestro programa de Maestría en Psicología Positiva, cuando nos piden que completemos pruebas sobre actividades que aumenten nuestra felicidad, a veces se discute sobre la idea de ejercitarse. Algunos podemos encontrar que un deporte en particular nos funciona bastante bien, y podríamos continuar con él aun habiendo acabado con la rutina, mientras que otros estudiantes no pueden continuar y lo dejan en la primera oportunidad.
En su libro, The How of Happiness, Sonja Lyubomirsky dedica un capítulo entero al tema de una buena condición, señalando que aunque es plenamente aceptado en los términos de dieta y salud física, no siempre lo enfocamos a nuestra salud emocional y sicológica. Ella explica tres elementos para una buena condición: encuentra la fuente de tu infelicidad, encuentra tus fortalezas y encaja con tu estilo de vida. El consejo es que elegir apropiadamente bastará para incrementar las opciones de éxito cuando contemple el hacer cualquier ejercicio para incrementar su bienestar.
Con referencia a un buen acondicionamiento, su nueva investigación, junto con sus colegas Rene Dickerhoof y Julia Boehm (University of California, Riverside) y Kennon Sheldon (University of Missouri, Columbia), sugiere que existen dos factores importantes que influyen en las probabilidades de incrementar la felicidad cuando se miden a través de una evidencia basada en el ejercicio: la motivación y el esfuerzo invertido.
Estudio longitudinal
Se utilizaron aproximadamente 300 estudiantes para este estudio, Sonja Lyubomirsky y sus colegas dieron dos opciones: ellos podían escoger participar en una intervención de felicidad o podían participar en un estudio de ejercicios cognitivos. Los participantes de los dos grupos fueron asignados al azar a uno de los ejercicios positivos validados empíricamente o a una actividad de control, cada uno de estos involucraba escribir por 15 minutos durante 8 semanas, como se describe a continuación:
• Ejercicio basado en la evidencia 1: Expresar optimismo al escribir sobre un futuro YO ideal.
• Ejercicio basado en la evidencia 2: Expresar gratitud; recordando las veces en que nos sentimos agradecidos hacia otra persona, escribir una carta (sin enviarla).
• Actividad de control: Escribir sobre lo que hiciste en los últimos 7 días.
El bienestar fue evaluado usando los rangos de medición al principio del estudio, al final de la 8va semana y nuevamente a los 6 meses posteriores. El grado de esfuerzo y energía que los participantes pusieron en escribir sus ejercicios todas las semanas fue evaluado por estándares independientes que se calificaron en una escala de 7.
El efecto de la motivación
Los investigadores interpretaron la auto-selección dentro del grupo de intervención de felicidad como un indicador de motivación a volverse más feliz. Se tenía la hipótesis de que uno de los del grupo de intervención de felicidad que realizara un ejercicio de positividad reportaría mayores ganancias en bienestar que los que realizaron el estudio de ejercicios cognitivos, aunque hubieran completado exactamente las mismas actividades de felicidad validadas empíricamente. Ellos pronosticaron que los participantes en condiciones experimentales en ambos grupos, reportarían mayores ganancias en bienestar que los del grupo de control.
El efecto del esfuerzo
Los investigadores también predijeron que aquellos participantes que demostraran mayor esfuerzo tendrían un aumento en su bienestar comparado con los que hicieran un esfuerzo menor, y que el efecto del esfuerzo sería más fuerte en los dos grupos experimentales y más débil o inexistente en el grupo de control.
Los Resultados
Como un todo, combinando las dos intervenciones de felicidad y el del ejercicio cognitivo, no había una diferencia significativa en los niveles de bienestar de los participantes que completaron los ejercicios validados empíricamente comparado con el grupo de control, ni al final de la 8va semana o en a los 6 meses siguientes.
Dado que en otros estudios se había demostrado que expresar gratitud y optimismo aumentaba los niveles de bienestar, esto podía convertirse en una sorpresa. Los investigadores explican esto en términos del rol que juegue la motivación a ser feliz. En otros estudios, todos los participantes estaban interesados en incrementar su propia felicidad y sabían cuál era el propósito del estudio. En este estudio, algunos participantes pensaban que estaban aplicando ejercicios cognitivos, pero al principio se les indicó que la intención del estudio era incrementar el bienestar. En otras palabras, puede ser que expresar optimismo y gratitud es simplemente no tan significativo o útil para personas que no están motivadas a practicarlo.
Al final de 8 semanas de la intervención de felicidad, los participantes reportaron un incremento en bienestar en comparación con los participantes del grupo de ejercicios cognitivos. Los participantes del grupo de intervención de felicidad que completaron los ejercicios positivos reportaron un incremento aún mayor en bienestar comparado tanto con el grupo de ejercicios cognitivos que hicieron los mismos ejercicios como con los del grupo de control.
Después de 6 meses, los participantes de la intervención de felicidad que completaron las actividades positivas reportaron un incremento en bienestar en comparación a aquellos del grupo de ejercicios cognitivos que también practicaron los mismos ejercicios y a los del grupo de control.
¿Qué papel juega el esfuerzo?
En términos de esfuerzo, como fuera previsto, los resultados sugieren que la cantidad de esfuerzo usado cuando se practicaban ejercicios positivos como expresar optimismo o gratitud afecta subsecuentemente en una ganancia de bienestar, pero no tiene efecto significativo cuando hacemos una actividad normal o insignificante, como escribir sobre lo que hicimos durante los últimos 7 días.
Conclusión del estudio
Los resultados del estudio indican que la motivación a volverse más feliz (en este caso demostrado por el grupo de auto-selección dentro del grupo de intervención de felicidad) y el esfuerzo continuo hacen la diferencia, pero solo con las dos actividades positivas, no con el grupo de control.
Lyubomirsky y sus colegas concluyen que las actividades de felicidad como expresar optimismo y gratitud son más que placebos, pero son más efectivos cuando los participantes están motivados a incrementar su bienestar y ponen su esfuerzo en ello.
Resumen
Podemos resumir todo esto diciendo que si aumentamos nuestra felicidad, existen tres reglas básicas que debemos saber:
1. Es importante hacer el ejercicio positivo correcto. Necesita ser validado empíricamente, y tiene que ser el correcto para ti. Si expresar gratitud u optimismo no es lo suyo, busca algo más.
2. Debe estar motivado a mejorar su bienestar, y si trabaja con clientes, ellos deben saber el propósito de los ejercicios positivos. No aplica para escépticos.
3. No se puede abdicar. Se debe continuar con la actividad consciente y persistentemente. En otras palabras, necesita invertir tiempo y esfuerzo en la práctica. ¡Si piensas que puedes tomar atajos, olvídalo!
Así que con estas tres guías en mente, ¿qué harías diferente?
Referencias
Lyubomirsky, S., Dickerhoof, R., Boehm, J. K., & Sheldon, K. M. (2011). Becoming happier takes both a will and a proper way: An experimental longitudinal intervention to boost well-being. Emotion, 11(2), 391-402.
Lyubomirsky, S. (2007). The how of happiness. Great Britain. Sphere. Quotation from p. 100.
Lyubomirsky, S. (2007). The How of Happiness: A Scientific Approach to Getting the Life You Want. New York: Penguin Books.
Lyubomirsky, S. (2008). The How of Happiness: A New Approach to Getting the Life You Want. New York: Penguin Books. Paperback edition.