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Por Qué Me Siento Agradecida De Mi Miedo

By on 13/02/2016 – 07:02  No Comment

Homaira Kabir practica psicología positiva en Muscat, Oman. Se dedica a inspirar a mujeres a vivir sus vidas de una manera plena, con propósito y con bienestar. Apoya también a adolescentes mediante programas para secundaria. Los escritos de Homaira han aparecido mundialmente en los medios de comunicación. Actualmente está terminando su MAPP en UEL. Página web. Su biografía completa aún está pendiente. Para conocer otros artí culos escritos por Homaira en Positive Psychology News, da click aquí. Planea escribir mensualmente; sus artículos salen el día 7 de cada mes.



Traducido por Ariana Morales

Cold desert night

Era una fría noche en el desierto en Muscat. Mi ayudante de casa había regresado tras sacar la basura. Estaba evidentemente perturbada.

“Acabo de ver a una muchacha fuera que se escapó de su empleador. Trató de ir a la embajada, pero la dijeron que regresara mañana por la mañana. Está sentada fuera cerca de la basura, con miedo a que la policía la detenga”.

Recuerdo mi corazón acelerándose mientras la escuchaba. Hubo una avalancha de emociones, desde preocupación por la seguridad de la pobre mujer, hasta empatía por su apuro y creciente deseo de ayuda. Pero la acción que naturalmente seguía estaba empapada por la voz del miedo. ¿Quién era ella? ¿Por qué se había escapado? ¿Me metería en problemas por tratar de ayudar?
Miré a Amelia, pero ella no parecía albergar ninguno de mis miedos. “¿Podría llevarle una taza de té?”, preguntó con urgencia.
Me estaba enseñando el camino hacia mi humanidad y yo seguí su ejemplo. No tomó mucho tiempo antes de que Amelia y yo le preparáramos una bolsa de comida extra, así como una cobija y saliéramos al encuentro con la mujer.

Wrapped in a blanket

Haciendo la Conexión

No estaba preparada para lo que vi. Allí, en la quietud de la noche, estaba sentada una figura solitaria, temblando en la nada, como queriendo mezclarse con los botes de basura fuera en el bordillo. Su pequeña cara asustada, su cuerpo tembloroso y su impotencia me llamaron. Si caminaba de regreso a la seguridad de mi casa, dejaría mi alma fuera pudriéndose con la basura.

La traje dentro de nuestro jardín, le di un espacio en la tumbona y le aseguré que estaba a salvo allí. Aunque apenas hablaba el idioma, el alivio de Ruqaya estaba escrito a través de su cara mientras se envolvía en la cobija y se acomodaba en la tumbona con un profundo suspiro de satisfacción.

El Miedo como un Estímulo en Acción

Amelia y yo regresamos a casa, radiantes de alivio. Pero mientras caminaba dentro de mi habitación, no podía dejar de comparar los excesos acumulados alrededor con la harapienta bolsa que contenía todas las posesiones de Ruqaya. Miré mi cama cálida y acogedora y pensé en la mujer marchitada de fuera. ¿Podría dormir fuera en el frío? ¿Y si le diera una hipotermia? ¿Qué pasaría si algo terrible le ocurriera fuera en mi jardín? Era la voz del miedo de nuevo, resonando alto en mi cabeza. Justo como antes trataba de detenerme a actuar, ahora me estaba impulsando a hacerlo.

Warm and inviting bed

Fui hacia mis gemelos. Estaban en su cama y casi dormidos. Les conté sobre Ruqaya, sobre mi deseo de traerla a la habitación de huéspedes, y sobre mi miedo dual sobre la seguridad de esta mujer y la de nosotros. Sus preocupaciones eran naturalmente envidiosas como las mías habían sido hace un rato. Ellos no habían hecho la conexión humana y se habían evitado la agitación interna. Los escuché, y mientras lo estaba haciendo, oía mi propia tendencia negativa en juego. Al calmar sus miedos, pude pasar por encima de los míos para llegar a un plan que asegurara tanto la seguridad como la compasión.

Es increíble cuanta bondad tenemos dentro de nosotros cuando nos alejamos de los miedos exagerados por nuestra seguridad. Nuestra emoción colectiva para ayudar a una mujer en necesidad sacó el amor que quizá estamos guardando para unos pocos afortunados. La trajimos dentro de la habitación de huéspedes y le dimos comida caliente en la cama. Cuando terminó de comer, le explicamos que habíamos cerrado con llave la puerta hasta la mañana siguiente. Ruqaya miró alrededor con ojos maravillados. Ella repetía dos palabras que aún resuenan en mis oídos, “Ustedes buenos”

Resonando compasión

Una vez fuera de su cuarto, era imposible ir a la cama. Estábamos elevados, llenos de emoción y al mismo tiempo muy drenados como para hablar. Todos lloramos, nos abrazamos y nos quedamos así por un largo tiempo. No estoy segura de lo que sentimos, ya que no había palabras para describirlo. Quizá era un momento de trascendencia. En nuestro acto compasivo, parece que juntos nos movimos hacia arriba en lo que Jonathan Haidt llama la tercera dimensión de cognición social, aquella de la divinidad. Esta era una forma de resonancia positiva tal y como Barbara Fredrickson lo describe en su libro, Love 2.0.

Love conquers all

Una lección sobre el miedo

La experiencia me enseñó una lección sobre el miedo. No sólo es una emoción oscura y tenebrosa que todos deseamos que se vaya, porque parece excesiva comparada con el valor de supervivencia en un siglo XXI relativamente seguro. Como todas las emociones, ésta tiene un lado bueno, ya que posee una cierta orientación hacia una meta que nos incita a actuar. Cuando nos movemos más allá de nuestros mundos egoístas, el miedo puede despertar emociones morales como enfado pro-social.

McFarland y colaboradores han creado una escala llamada la escala de Identificación con Toda la Humanidad (IWAH, por sus siglas en inglés). Las personas que tienen una alta puntuación en esta escala están más preocupadas sobre temas globales. Son las que trabajan para combatir el hambre en el mundo, salvar nuestro ambiente y apelar por las violaciones a los derechos humanos. Los investigadores se sorprendieron al encontrar que las puntuaciones altas en la escala IWAH están por lo general asociadas con puntuaciones altas en rasgos de personalidad neurótica, caracterizados por el miedo, la ansiedad y la negatividad. “No podemos aventurar una respuesta”, escribieron, “sobre el porqué aquellos que estuvieron de acuerdo con elementos como ‘Sentiría miedo si tuviera que viajar en malas condiciones climáticas’ y ‘Algunas veces no puedo dejar de preocuparme sobre pequeñas cosas’ se identifican más fuertemente que otros con toda la humanidad”.

Puedo ver la asociación entre el IWAH y el miedo. Si no fuera por mi miedo quizá nunca hubiera tomado una acción compasiva. Quizá no hubiera experimentado ese estado indescriptible de unidad con el mundo. Quizá no hubiera presenciado la capacidad de mis hijos al levantarse en su propia bondad, ni ayudarlos a sentirla en sus corazones. Necesito aprender a diferenciar entre el valor de supervivencia del miedo y su valor más pro-social que se origina en la compasión. No siempre será fácil en el momento. Pero suprimir el miedo totalmente puede reducir mi humanidad.

Frightened child

El miedo es como la voz de un niño pequeño, parecido a los míos esa noche, por lo general sin dirección, exagerado, pero algunas veces, sólo algunas veces, indicando el camino hacia el alma. En esos momentos, encontramos significado al descubrir quiénes somos y proponiéndonos darnos la vuelta hacia mundo. Tal vez me esté dejando llevar (y quizá ése sea el lado escurridizo del miedo), pero por ahora, estoy dispuesta a creer que una noche, siendo realmente humana, vale la pena por los muchos momentos en los que el miedo me angustia y por los momentos donde me frena en seco.

Un poco como mis hijos.

Referencias

Breines, J. (2013). Is It Possible to Love All Humanity? Greater Good.

Fredrickson, B. L. (2013). Love 2.0: How Our Supreme Emotion Affects Everything We Feel, Think, Do, and Become. Hudson Street Press.

Haidt, J. (2006). The Happiness Hypothesis: Finding Modern Truth in Ancient Wisdom. New York: Basic Books.

McFarland, S., Webb, M., & Brown, D. (2012). All humanity is my ingroup: A measure and studies of identification with all humanity. Journal of Personality and Social Psychology, 103(5), 830-853. Abstract.

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