Los defensores de la negatividad
Jeremy McCarthy, MAPP '09, es el director del grupo de SPA del Grupo de Hoteles Mandarín Oriental, lleva su división de spa de lujo, de renombre internacional, lleva 44 proyectos a nivel mundial abiertos o en desarrollo. En el blog de Jeremy, La Psicología del Bienestar, oferta cursos y también ofrece un seminario gratuito sobre el Liderazgo Positivo. También es autor del libro La psicología de Spas y Bienestar: Una guía para la Ciencia de la Curación Holística. También puedes darle a "me gusta" en la página La Psicología del Bienestar en Facebook o seguir en Twitter a Jeremy (@jeremycc). Biografía completa. Sus artículos anteriores en inglés están aquí. Y también puedes encontrar sus otros artículos traducidos al español aquí.
By Positive Psychology News Daily octubre 28, 2011
Traducido por Mónica Campero.
A veces siento como si todo el campo de la psicología positiva estuviera enredado en un debate masivo de un único lado. Escucho a muchos psicólogos que argumentan con vehemencia acerca de la importancia de no darle la espalda a lo negativo: que todavía es importante enfocarse en las debilidades así como en las fortalezas. Que las emociones negativas son todavía tan importantes como las positivas. Que la mayor felicidad ocurre dentro de un contexto de una vida significativa que puede tener tanto grandes retos como grandes sufrimientos.
En una esquina tenemos…
Muchos psicólogos argumentan que un enfoque más integrado que mezcle aspectos positivos y negativos, podría conducir a aplicaciones más útiles. Por ejemplo, ver Mezclando lo Bueno con lo Malo de Ingram y Znyder y Construyendo una Psicología Positiva Integrada de Maddi. Robert Biswas-Diener (quien literalmente escribió el libro sobre La Felicidad), también escribió acerca del valor de las emociones negativas, como el miedo y la ira en “Lo que la psicología positiva no le dirá acerca de las emociones negativas” en su blog de la revista Psychology Today.
En Designing Positive Psychology: Taking Stock and Moving Forward , la compilación más vanguardista de pensamiento sobre la ciencia, un tema recurrente parece ser la importancia de no ser negligente con lo negativo en el estudio de lo positivo. Por ejemplo, Maya Tamir y James Gross, argumentan que se debe hacer un estudio de la regulación emocional que no enfatice la búsqueda de placer, sino que más bien satisfaga las motivaciones de la gente, que pueden variar de una persona a otra y de una situación a otra.
En otro capítulo llamado La Psicología Positiva de las Emociones Positivas, los investigadores Sigehiro Oishi y Jaime Kurtz, se muestran muy cuidadosos al dedicarle una sección completa a la idea de que “más no es siempre mejor”. Sara Algoe , Barbara Frederickson y Sy-Miin Chow incluyen una sección en su capítulo argumentando que “las emociones negativas son relevantes también para la psicología positiva”. Otro capítulo del texto, provocadoramente titulado La Mujer Perro, Addie Bundren y el Noveno Círculo del Infierno de Jennifer Hames y Thomas Joiner Jr. argumenta que “La psicología positiva debería estar más abierta a lo negativo.”
En la otra esquina… ¿a quién tenemos?
Estos son los argumentos predominantes y estoy de acuerdo con ellos. Pero ¿quién está argumentando del otro lado del debate? ¿Quién sugiere que la psicología positiva debería ignorar estas áreas? ¿Los psicólogos positivos están violentamente de acuerdo unos con otros? ¿O existe una sub-sección (más callada) de psicología positiva que pelea por dejar lo negativo afuera?
Los autores del capítulo “La mujer Perro” piensan que si existe. Ellos mencionan explícitamente que “al menos en algunos círculos de psicología positiva, existe una insistencia inflexible de que sólo lo positivo sea estudiado”, y continúan con una lista de advertencias de este enfoque. Sin embargo, la cita de este comentario está claramente ausente, lo cual sugiere el deseo de los autores de no ofender al identificar a las partes culpables, o bien la naturaleza mitológica de esta caricatura exageradamente positiva de lo que es la psicología positiva.
Uno de los editores del libro, Kennon Sheldon, cita “Nacido para Ser Bueno: La Ciencia de una Vida Significativa”, el libro de Dacher Keltner sobre los beneficios evolutivos de las emociones y relaciones positivas como un ejemplo de una hipótesis demasiado color de rosa que podría conducir a una “ilusión auto-administrada o a un sesgo ideológico que nuble o bloquee por completo nuestra visión de la mitad de la naturaleza humana (la parte no tan buena)”. Me pregunto si Keltner estaría dispuesto a debatir en defensa de ignorar lo negativo en nuestra ciencia del bienestar humano. O si simplemente diría, “lo negativo también es importante… pero ésta no era la tesis de mi libro”.
¿De dónde viene el debate? ¿Hacia dónde va?
En su capítulo de resumen, Sheldon llega al corazón del debate al identificar la palabra “positivo” como el origen de toda esta tensión. Después de todo ¿qué se quiere decir al definir el campo como “positivo” y cómo podemos ser objetivos al aplicar una etiqueta que ya en sí conlleva una evaluación ya sea a los aspectos que deseemos estudiar o a los resultados que esperemos encontrar?. Aquí hay un reto, especialmente cuando tratamos de aplicar la etiqueta de positivo a los temas y resultados al mismo tiempo, por ejemplo presuponiendo que las características buenas conducen a resultados buenos.
El capítulo de Sheldon también nos da claves sobre la manera en que este debate necesita evolucionar. Debemos debatir sobre cómo podemos movernos hacia un modelo integrativo de funcionamiento humano y clarificar los límites de la psicología positiva dentro de este modelo, empezando “´arriba´ de la frontera mente-cuerpo”, sugiere Sheldon.
Quizás el primer paso hacia adelante más sencillo, sea que todos estemos de acuerdo (si es que no lo estamos ya) de que lo negativo también es importante y que no debería ser abandonado u olvidado. Quizás podemos llamar “resuelto” a este elemento del debate y podamos movernos a otros aspectos. A menos, claro, de que exista cualquier objeción.
¿hay alguien que desee objetar?
Referencias y lecturas recomendadas:
Ingram, R. E. & Snyder, C.R. (2006). Blending the good with the bad: Integrating positive psychology and cognitive therapy. Journal of Cognitive Psychotherapy, 20, 117-122. Abstract.
Kashdan, T. B. & Steger, M. F. (2011). Challenges, pitfalls and aspirations for positive psychology. In K. Sheldon, T. B. Kashdan & M. F. Steger (Eds.), Designing Positive Psychology: Taking Stock and Moving Forward (Series in Positive Psychology) Oxford University Press.
Keltner, D. (2009). Born to Be Good: The Science of a Meaningful Life. W. W. Norton.
Maddi, S. R. (2006). Building an integrated positive psychology. The Journal of Positive Psychology, 1(4), 226-229. Abstract.
Sheldon, K. M. (2011). What’s positive about positive psychology? Reducing value-bias and enhancing integration within the field. In K. Sheldon, T. B. Kashdan & M. F. Steger (Eds.), Designing Positive Psychology: Taking Stock and Moving Forward (Series in Positive Psychology). Oxford University Press.
Imágenes
In the one corner courtesy of Lisa Creech Bledsoe
Question Mark courtesy of No real name given
Breaking the clench courtesy of Melissa Jonas
Es por demas claro que no se inteta crear un mundo de fantasía, sino de generar un compromiso en donde la responsabilidad nos permita integrar permanentemente las partes obscuras de nosotros mismos y del mundo e e que vivimos. No somos ni buenos, ni malos, ni blancos, ni negros, sino simplemente como los perros dálmatas, perros blancos con manchas negras, aunque en ocasiones lo negro no permita ver mucho lo blanco.
Es encontrar lo bueno de lo malo. La fuerza que rádica en la misma debilidad.