Celebremos los abrazos
Lisa Buksbaum, MAPP '13 es presidenta y fundadora de Soaringwords. Ha compartido experiencias positivas con más de 250,000 pacientes y familiares, así como con 120,000 empleados voluntarios. Tras tres experiencias de muerte y enfermedad dentro de su familia, Lisa se motivó a lanzar Soaringwords, una organización sin fines de lucro dedicada a inspirar a niños y a sus familiares a no darse por vencidos. Los artículos de Lisa para PositivePsychologyNews.com está aquí.
Traducido por Erika Rubio
Hace unos años viajé 250 millas por carreteras para conocer a Mata Amritanandamayi, mejor conocida como Amma. Ella es una líder espiritual hindú, venerada como santa por sus seguidores. En Hindi, el nombre de Amma significa “madre”. No hay nada más maternal que una mujer cargando a su bebé entre sus brazos, y Amma ha amplificado el simple y poderosos gesto de amor de un abrazo a un nivel asombroso. De acuerdo con el sitio web, Amma.org , ella ha abrazado a más de 34 millones de personas hasta el momento.
Amma nació en India en 1953 y es la tercera de siete hijos. Su padre era un pescador muy pobre. Desde muy pequeña, Amma colectaba retazos de comida de las vacas y las cabras de sus vecinos. Cada día, mientras hurgaba en la basura, se enfrentaba con la intensa pobreza y el sufrimiento ajeno. Tras escuchar las terribles historias, Amma llevaba ropa y alimento a la casa de la persona. Cuando su familia se enteró de sus acciones altruistas, la regañaron.
Al mismo tiempo, Amma comenzó a acercarse a las personas y a entender su sufrimiento. El contacto físico que tenía con otros, especialmente hombres, era considerado inaceptable por sus padres, quienes insistieron en que dejara de hacerlo de inmediato. Contario a lo que hubieran pensado, la gente comenzó a viajar grandes distancias para reunirse con ella y escuchar sus palabras de amabilidad y sabiduría. Con mucha frecuencia había decenas de personas dormidas frente a su humilde casa, esperando la oportunidad de hablar con la pequeña de catorce años de edad.
“La gente solía acercarse a mi y contarme sus problemas. Lloraban y se limpiaban las lágrimas mientras yo los abrazaba. Cuando la siguiente persona en la fila veía la escena, quería lo mismo, y se convirtió en un hábito”, Amma contó a un entrevistador de Rediff.
Mi Propia Experiencia con Abrazos
Llevo muchos años conduciendo programas de Soaringwords para miles de empleados voluntarios al final de sus reuniones o retiros corporativos. Siempre termino estas pláticas con alguna manualidad simple en beneficio de niños enfermos. Las evaluaciones que hacemos muestran que generalmente esta es la parte más relevante de las reuniones debido a los sentimientos tan poderosos que provocan.
Los programas de Soaringwords muchas veces culminan con visitas hospitalarias de empleados que donan sus proyectos a bebés, niños y adolescentes. Después de ir cuarto tras cuarto leyendo mensajes especiales y haciendo obras de arte en cobijas y cojines, agradecemos a los niños por permitirnos visitarlos. Después viene mi parte favorita, aquella que me impulsa a regresar al día siguiente. Antes de irme de cada cuarto de hospital, pregunto a cada niño, adolescente o familiar:
“¿Quieres un abrazo?”
Hay una pausa y parece que todo se mueve en cámara lenta. Yo espero. No tengo expectativas. A veces me voltean a ver y responden “No gracias”. Yo sonrío y contesto algo como “Ha sido un honor conocerte”.
En muchas ocasiones, después de que hago esta pregunta, la persona se detiene, sonríe y asiente con la cabeza, silenciosamente. Yo doy un paso hacia delante y espero. Cuando llega el momento preciso, nos abrazamos. Algunos abrazos son inmediatos y fuertes, otros son lentos y provisionales. Pasan algunos segundos y aparecen lágrimas. Lágrimas de alegría. Lágrimas de liberación. O simplemente lágrimas por sentirse mirado.
Conociendo a un Maestro
Esta es la razón por la cual fui forzada a manejar durante cuatro horas para reunirme con una persona que ya había abrazado a 34 millones de personas. Sabía que iba a regresar inspirada. En el Hinduismo, darshan es el acto de contemplar a una deidad, a una persona divina, a un objeto sagrado o a alguna belleza natural, generalmente en forma física. Estaba lista para ver este parangón de amabilidad amorosa en persona
Dorothy, creo que ya no estamos en Kansas
Me reuní con Greta, Gerente de Relaciones Comunitarias de Soaringwords, para vivir el poder del amor de Amma y quizá para recibir un abrazo también. El viaje por carretera coincidió con el cumpleaños de Greta, así que lo llamamos “la aventura de las palabras voladoras y el cumpleaños del despilfarro”.
Sabíamos que estábamos lejos de la Ciudad de Nueva York cuando nos detuvimos en una gasolinera que estaba a pocas millas del centro de retiro. Al estacionarnos, nos dimos cuenta de una pareja vestida como si fueran a Woodstock, bailando y cantando en un pequeño pedazo de pasto erosionado junto a una gasolinería.
Cuando nos bajamos del coche a estirar las piernas y a utilizar las instalaciones, un hombre se nos acercó con una sonrisa. “Hola, hermanas sagradas”. Sus ojos mostraban felicidad, sus hombros un poco encorvados, como si fuera un perrito.
“Parece que están celebrando este hermoso día”.
“¿Vienen a reunirse con Amma?
“Justo a eso venimos.”
“Yo la he visto 25 veces, aquí y en India”.
“Wow, somos novatas. Esta es nuestra primera vez”.
“No se decepcionarán. Este encuentro cambiará su vida”.
Unos minutos más tarde, llegamos a un estacionamiento de terracería que parecía que décadas antes había sido un salón de baile, un lugar de boliche o una bodega. Había muchas personas y cientos de sobres en una mesa plegable. Recibimos nuestro número de cuarto, nuestro itinerario de meditaciones y una lista con nuestras obligaciones. Nuestra primera tarea era estar en la cocina al día siguiente a las 5:00am. Greta y yo pelamos papas y partimos zanahorias para cientos de personas. Fue muy gratificante y significativa nuestra contribución, aunque sentíamos como si estuviéramos dentro de un episodio de Amo a Lucy mientras intentábamos cortar verduras de en formas y tamaños específicos.
Nuestro cuarto estaba impecable: dos camas, un vestidor y un par de ganchos para colgar toallas mojadas. Había un foco suspendido del techo entre las dos camas. De acuerdo con nuestro itinerario impreso, nuestro horario comenzaba en el amanecer pero no tenía una hora específica para terminar. Notamos que eran muchas las horas en las cuales debíamos estar sentadas en silencio. Cerramos la puerta de nuestro cuarto y fuimos a caminar un rato antes de la sesión de asanas.
Ella parece sagrada
Amma me recordaba a los retratos icónicos de Diosas Hindúes como Radha, energía de vida y diosa de la amabilidad, o la Gran Tara, creadora suprema y madre de todos los Buddhas y Bodhisattvas. Amma ss veía como una abuela y también un poco como una escultura de Botero. De inmediato quise abrazarla.
Como muchas de las cosas que son auténticas y reales, dieciocho horas después, cuanto tuvimos la oportunidad de abrazarla, fue algo mágico, algo que nunca me imaginé, algo maravilloso. Greta y yo recibimos un boleto color naranja con un número impreso. A la hora acordada, los organizadores invitaron a la gente a formarse. Mientras subía las escaleras, me acercaba al escenario en donde se encontraba Amma. Nuestras miradas se cruzaron. Su mirada era penetrante y conmovedora. La miré fijamente a los ojos, sintiendo la presencia de una santa. Sonreí suavemente y sentí lágrimas correr por mi cara. De pronto, se inclinó hacia mí y puso su mano sobre mi oreja. Comenzó a gritar directamente en mi oído: “Madre, Madre, Madre.” Continuó gritando durante cinco minutos. Comencé a llorar mientras sentía su amor, el amor de mi mamá y el amor que tengo por mis hijos y por todos los niños que he conocido a través de Soaringwords. Mi tiempo había terminado. Dos organizadores me ayudaron a levantarme y la siguiente persona se arrodilló para conocer a Amma.
No te quedes sentado. ¡Ve a buscar un abrazo!
En Estados Unidos, el 21 de enero es el día Nacional del Abrazo. No es un día festivo oficial pero el Día Nacional del Abrazo fue creado por el Padre Kevin Zaborney porque se dio cuenta de que a muchos Americanos les daba miedo abrazarse en público. Eligió esta fecha porque por lo general hay poco contacto humano entre las festividades de diciembre y el Día de San Valentín. No necesitas esperar a un día especial para dar un abrazo.
Bibliografía
Cohen, S., Janicki-Deverts, D., Turner, R. B., & Doyle, W. J. (2015). Does hugging provide stress-buffering social support? A study of susceptibility to upper respiratory infection and illness. Psychological Science, 26, 135-147. DOI: 10.1177/0956797614559284. Abstract.
The Rediff Interview/ Mata Amritanandmayi
Killam, K. (2015, March 17). A hug a day keeps the doctor away. Scientific American.
Inagaki, T. K. & Eisenberger, N. I (2012). Neural correlates of giving support to a loved one. Psychosomatic Medicine, 74(1), 3-7. Abstract.
Créditos Fotográficos
Flickr via Compfight with Creative Commons licenses
A hug from Amma courtesy of vaniAmrita
Another hug from Amma courtesy of vaniAmrita
Greta with carrots courtesy of Soaringwords.
Botero sculture courtesy of Maurits Verbiest