Entrevista a Ed Diener: ¿De quién es responsabilidad la felicidad?
Sherif Arafa es un caricaturista editorial, autor de auto-desarrollo, conferencista y dentista de profesión. Arafa tiene un MBA en Recursos Humanos y una especialidad en Psicología Positiva Aplicada de la Universidad de East London. Dejó la profesión de dentista para dedicarse a utilizar sus libros y caricaturas de cara a aumentar la conciencia del bienestar, fomentar la apertura de mente, incrementar la tolerancia y oponerse al extremismo. Perfil de Linkedin. Los artículos de Sherif en Positive Psychology News los puedes encontrar aquí.
Traducido por Georgina Saldaña Ocáriz
El 11 de noviembre de 2018, tuve el privilegio de entrevistar a Ed Diener sobre el bienestar y las políticas públicas. El Dr. Diener es un destacado investigador sobre la felicidad, las correlaciones del bienestar y la medición del bienestar. Algunos de sus libros están listados en las referencias.
Sherif Arafa: ¿La felicidad es responsabilidad de la sociedad o del ciudadano?
Ed Diener: ¡Por supuesto de ambos! Piensa en esta pregunta: ¿La salud es responsabilidad del estado o del individuo? Por supuesto es de ambos. El estado debe proveer agua limpia, monitorear enfermedades infecciosas, desarrollar medicamentos, etcétera – el individuo no puede hacer estas cosas. Pero el individuo debe ejercitarse, comer bien, usar cinturones de seguridad al conducir, y abstenerse de fumar. El estado puede alentar estas cosas, pero generalmente no puede exigirlas de manera efectiva a menos que los ciudadanos tomen su responsabilidad.
La mayoría de las cosas son así. Son responsabilidad de los dos. La economía es otro ejemplo. Las políticas gubernamentales ciertamente pueden fomentar la prosperidad económica, pero cada ciudadano individualmente debe trabajar duro, y si son perezosos o irresponsables, probablemente no prosperarán.
En el caso de la felicidad, sabemos que el temperamento innato de una persona es importante para su felicidad. Pero también hay comportamientos y elecciones que las personas pueden hacer, que también pueden influir en su bienestar.
En el lado negativo, las personas pueden hacerse infelices a ellas mismas al volverse adictas a las drogas, preocuparse innecesariamente todo el tiempo, o tomar otras malas decisiones.
En el lado positivo, las personas pueden ser positivas y apoyarse unas a otras, tener importantes metas a largo plazo que las lleve a una vida significativa, etcétera.
Por otro lado, las cosas que hace el gobierno también pueden influir en la felicidad, como describo a continuación. Así que no hay una clave simple para la felicidad. Viene de diferentes direcciones. Algunas personas sostienen que la gente debe hacerse feliz a ella misma porque los gobiernos no pueden hacerlo y no es responsabilidad del gobierno. Pero, ¿por qué la felicidad es diferente a la educación, a la economía o a la salud? Hasta cierto punto, el gobierno debe hacer su parte, aunque los individuos también deben tomar acción. ¡Y las políticas gubernamentales pueden definitivamente influir en la felicidad!
Sherif Arafa: ¿Hay alguna diferencia cultural en la manera en la que las personas definen la felicidad?
Ed Diener: En un nivel, la felicidad es siempre la misma en todas las culturas y para todos los individuos. Ocurre cuando las personas creen que sus vidas van bien y se sienten bien en diferentes momentos, sus experiencias tienden a ser mayoritariamente positivas. En todas las culturas las personas quieren que sus vidas sean satisfactorias y que valgan la pena. En todas las culturas, la gente preferiría sentirse contenta o alegre, más que enojada o deprimida. Así que, en este nivel, todos somos muy parecidos.
Sin embargo, lo que causa la felicidad varía de persona a persona y de una cultura a otra hasta cierto punto. Aunque la mayoría de las personas desean relaciones sociales sólidas y de apoyo, la forma de éstas, varía. Una persona podría querer muchos amigos, mientras que otra podría preferir unos pocos amigos cercanos. Algunas personas quieren casarse, otras no. En todas las culturas vemos variaciones en la forma en la que la gente desea interactuar con los demás, y seguir las normas en la propia cultura es generalmente más efectivo para producir felicidad que ignorar esas creencias. En algunas culturas, el culto religioso puede proporcionar una posibilidad social para las personas, mientras que, en otra cultura, sus amigos pueden ser vecinos o compañeros de trabajo.
Sabemos bastante acerca de dónde hay diferencias en las causas del bienestar en todo el mundo. Por ejemplo, en culturas individualistas como la de EE.UU., tener una alta autoestima se asocia a la felicidad. En otras culturas hay más énfasis en adaptarse a un grupo y pertenecer a él. En estas sociedades, la autoestima o el pensamiento elevado de uno mismo, no está relacionado con la felicidad. En algunas culturas, la felicidad se experimenta como entusiasmo y acción, mientras que en otras culturas se vive como calma y estar contento. Estas diferencias culturales son fascinantes e importantes, pero no debemos perder de vista el hecho de que hay ciertos aspectos universales también en la experiencia. Por ejemplo, en todas partes, las personas desean satisfacer sus necesidades innatas de alimentación, apoyo social y refugio.
Sherif Arafa: ¿Qué recomienda a los lectores para ser felices?
Ed Diener: No hay una sola clave para la felicidad porque una serie de factores influyen en ella. Pero hay una receta con algunos ingredientes necesarios, tales como relaciones sociales de apoyo, espiritualidad basada en sentimientos positivos que vinculan a la persona con objetivos mayores y más importantes que ellas mismas individualmente, sentirse valorados por los demás, y la habilidad de lidiar con contratiempos, los cuales todas las personas experimentan.
Encontramos que todas las personas felices tienen relaciones sociales sólidas. No es sólo recibir apoyo de los demás. La gente más feliz es con frecuencia la que más hace por ayudar a los demás y a sus sociedades. Parece que hacer felices a los demás es una buena manera de avanzar hacia la felicidad personal. Sentir que la vida de uno vale la pena y tiene sentido, también es importante para el bienestar. La espiritualidad puede incluir gratitud, perdón, buscar ayudar a otros y mejorar el mundo. En otras palabras, el camino a la felicidad no es el hedonismo, sino una vida dedicada a metas importantes y significativas y a otras personas.
Adicionalmente, las personas deben aprender a pensar correctamente sobre el mundo para que no se estresen demasiado. Las personas no pueden hacer una montaña de un grano de arena en sus mentes y necesitan ver el lado positivo de los eventos la mayor parte del tiempo para ser felices. Lo importante es darse cuenta de que podemos elegir la felicidad y perseguirla y que no estamos condenados a la infelicidad. Algunas personas pueden necesitar la ayuda de otras, incluso profesionales o un counselor, para ser felices. Pero todos podemos alcanzarla.
Referencias
Diener, E. & Biswas-Diener, R. (2008). Happiness: Unlocking the Mysteries of Psychological Wealth. Wiley-Blackwell.
Diener, E., Lucas, R., Schimmack, U., & Helliwell, J. (2009). Well-Being for Public Policy (Positive Psychology). New York: Oxford University Press.
Diener, E., Helliwell, J., & Kahneman, eds. (2010). International Differences in Well-Being (Positive Psychology). Oxford: Oxford University Press.