¿El cambio está destinado a fracasar? No necesariamente
Steve Safigan, MAPP '09, es coach de vida practica el coaching de por vida (CPCC). Es el presidente del Foundations Seminars y presenta seminarios de crecimiento personal especializándose en intervensiones positivas para la salud en adultos que buscan felicidad, significado y conexión en sus vidas. Biografía completa.
Sus artículos anteriores en inglés están aquí. Y también puedes encontrar sus otros artículos traducidos al español aquí.
Positive Psychology News Daily en enero 5, 2012 – 11:13 am
Traducido por Georgina Saldaña Ocáriz
Es difícil cambiar. Esto está comprobado por el número de propósitos de Año Nuevo que la gente hace y cómo sólo unos cuantos conducen a cambios que perduran, lo cual puede ser visto como evidencia de que los intentos de cambiar están condenados al fracaso desde el principio.
Aun así, la mayoría de nosotros vemos nuestros propósitos como algo valioso e importante. Verdaderamente deseamos el cambio y somos sinceros en nuestro compromiso para lograrlo. La gente puede atribuir el fracaso a la falta de motivación: “Si tan solo sintiera que es suficientemente importante, lo haría”. Otros lo pueden atribuir a la falta de compromiso: “Realmente no me preparé lo suficiente. Tomé una decisión descuidada.” Incluso otros pueden atribuirlo a la falta de fuerza de voluntad; “Soy muy indisciplinado y flojo, no es de sorprenderse que fracasara.”
¿Qué pasaría si la mayoría de los fracasos al cambio no fueran por falta de motivación, compromiso o fuerza de voluntad? Esto es lo que el psicólogo de Harvard Robert Kegan y la directora de investigación Lisa Laskow Lahey afirman en su libro Immunity to Change (inmunidad al cambio). Dave Shearon hizo una reseña del libro en su artículo de abril de 2010, Change is hard, Except when it’s not (el cambio es difícil, excepto cuando no lo es). En el ánimo del momento, ahora damos una fresca mirada a su trabajo.
Retos técnicos y retos adaptativos
Como fundamento del trabajo de Kegan y Lahey está la distinción hecha por el autor y conferencista sobre liderazgo Ronald Heifetz, entre los retos técnicos y los retos adaptativos. Los retos técnicos, como el aprender a volar un avión o la fabricación de muebles finos, pueden ser superados de formas relativamente sencillas y bien definidas y no se requiere de cambios profundos en la manera en la que pensamos. Los retos adaptativos, como desarrollar confianza o parar la desidia, requieren cambios mayores en la manera en la que pensamos.
Tomemos el ejemplo de proponernos el perder peso, quizá el más común de todos los propósitos de Año Nuevo. Si el cambio requerido es técnico, entonces funcionan soluciones técnicas: Procedemos a comer menos, a ejercitarnos más y a comer sólo alimentos sanos. Si el reto es verdaderamente técnico, tenemos éxito. Con más frecuencia, sin embargo, lo que inicialmente aparenta ser un reto técnico es la cubierta de un profundo reto adaptativo. Intentar aplicar una solución técnica a un reto adaptativo está destinado al fracaso.
¿Cuál puede ser el reto adaptativo en este ejemplo? Desafortunadamente hay muchas razones por la cuales la gente come, y sólo una de esas razones es porque tiene hambre. Podemos comer porque estamos aburridos, solos, ansiosos, temerosos o preocupados. Todos estos son problemas adaptativos que requieren soluciones adaptativas. Las soluciones adaptativas requieren un cambio en los principales sistemas que tenemos para mantener nuestra sensación de seguridad.
Inmunidad al cambio
Todos tenemos sistemas bien ajustados de mecanismos para hacer frente a las cosas, que nos hacen sentir seguros y nos ayudan a evitar el temor, la ansiedad y la incomodidad emocional. Kegan y Lahey le llaman a éstos, sistemas inmunológicos emocionales, comparándolos con nuestros sistemas inmunológicos biológicos. Nuestros sistemas inmunológicos emocionales están alerta y son inteligentes para identificar un ataque del exterior y organizarse para rechazarlo.
Por lo tanto, ¿cómo es la resistencia al cambio similar al sistema inmunológico? Vamos a descomponerlo. Podríamos comenzar primero con el deseo de cambiar algo, una meta que valga la pena. Vamos a decir que la meta es tener relaciones más cercanas con los demás. Entonces hacemos un compromiso de cambiar ciertas conductas para alcanzar el objetivo. Éstas pueden ser: (1) salir más; (2) actuar más sociable; y (3) hacer más esfuerzos para estar con amigos. Todas estas son soluciones técnicas.
De acuerdo con Kegan y Lahey, cuando alguien intenta cambiar un sistema que funciona bien, el sistema inmunológico emocional salta a la acción para mantener a la persona segura y para prevenir sentimientos de ansiedad, culpa, vergüenza, temor y otras incomodidades emocionales. Podemos tener dificultades para identificar nuestras propias emociones. En lugar de percibir que estamos incómodos enfrentando el cambio, podemos sentir que somos indisciplinados, estamos desmotivados, que evadimos o que lo dejamos a la desidia. Si no entendemos los sentimientos que estamos evitando, no seremos capaces de dirigirnos a la verdadera razón por la que el cambio no ocurre. Entonces, ¿cómo podemos llegar a soluciones adaptativas?
Paso uno: ¿Qué estamos haciendo o no estamos haciendo en vez de mantener nuestros compromisos?
Kegan y Lahey recomiendan descubrir los verdaderos sentimientos, la agenda oculta, mirando lo que hacemos para sabotear nuestro propio cambio. Podemos hacernos a nosotros mismos las preguntas recomendadas por el psicólogo William Perry para las personas que intentan cambios: “¿Qué es lo que realmente quieren? y ¿qué harán para evitar obtenerlo?”
Volvamos a nuestro ejemplo de querer relaciones más cercanas con los demás. En lugar de ver soluciones técnicas, Kegan y Lahey recomiendan ver lo que estamos haciendo en lugar de lo que queremos hacer. Una posible lista incluiría (1) Me quedo en casa y me aíslo; (2) soy reservado y tímido en situaciones sociales; y (3) me resisto a cualquier conversación que vaya más allá de conversaciones de coctel. La brecha entre lo que queremos y lo que hacemos es una señal segura de que hay una recompensa en lo que hacemos, algo que nos está protegiendo de la incomodidad emocional.
Paso dos: Identificar los compromisos ocultos que compiten
¿Por qué saboteamos los cambios que sinceramente queremos hacer? Kegan y Lahey identifican lo que ellos llaman “compromisos ocultos que compiten”. Algo del cambio amenaza el status quo que se siente seguro y cómodo. El compromiso visible (en este ejemplo, de tener relaciones más cercanas con los demás) puede estar en directa oposición con un compromiso oculto que está designado a protegernos. Es como tener un pie en el acelerador y otro en el freno. En nuestro ejemplo, el compromiso oculto que compite puede ser: (1) estoy comprometido con tener la aprobación de otras personas; (2) estoy comprometido con parecer seguro y confiado; (3) estoy comprometido con no ser herido en las relaciones; y (4) estoy comprometido con un sentido de invulnerabilidad a los demás.
Paso tres: Identificar los grandes supuestos
Una vez que descubrimos nuestros compromisos ocultos que compiten, podemos dar un paso atrás y observar los grandes supuestos que son su razón fundamental. Posiblemente los grandes supuestos en nuestro ejemplo incluyen: (1) las otras personas me rechazarán si no busco activamente su aprobación; (2) si no proyecto una imagen confiable de mi mismo, entonces seré visto como débil; (3) no soy lo suficientemente fuerte para arriesgarme a ser herido otra vez en una relación cercana; y (4) si muestro vulnerabilidad, entones otras personas sacarán ventaja de mi.
Kegan y Lahey usan el término mapa de inmunidad para la imagen combinada que incluye nuestro compromiso visible, lo que estamos y no estamos haciendo, nuestros compromisos ocultos que compiten, y nuestros grandes supuestos. El mapa es como una radiografía, nos muestra las verdaderas razones por las que nos resistimos a los cambios que queremos.
Paso cuatro: Implementar un cambio adaptativo
Los cambios técnicos para problemas adaptativos estimulan nuestro sistema inmunológico emocional, el cual nos protege de ser indefensos ante el peligro. Igual que un sistema inmunológico biológico, un sistema inmunológico emocional puede, de hecho, rechazar algo que sea bueno para nosotros. Los doctores suprimen el sistema inmunológico biológico durante trasplantes de órganos para que el cuerpo no rechace el nuevo órgano. No es una buena idea simplemente suprimir el sistema inmunológico emocional, de cualquier modo. Es probable que se entierren de manera más profunda las emociones y que sea, incluso más difícil elegirlas y enfrentarlas. En lugar de eso, podemos diseñar cambios adaptativos que integren nuestras necesidades emocionales en las propias soluciones.
Los cambios adaptativos toman en cuenta el sistema inmunológico, abordando los compromisos alternativos y los supuestos. No es el cambio por sí mismo lo que causa ansiedad e incomodidad; es el sentimiento de que somos indefensos ante peligros aparentes. Cuando somos conscientes de los compromisos alternativos y de los supuestos, podemos acercarnos a nuestra creatividad, coraje y resiliencia para redefinir cómo vemos el verdadero problema, haciendo honor a nuestra necesidad de autoprotección.
¿Qué sigue?
Un artículo que resume el enfoque y trabajo de Kegan y Lahey es muy limitado. Para una guía paso a paso sobre cómo crear su propio mapa de inmunidad, vaya al extenso tratamiento en su libro sobre el tema de la Inmunidad al cambio. Para una perspectiva diferente y amplia sobre este libro, es conveniente revisar el artículo de Dave Shearon.
Referencias
Heifetz, R. & Linksy, M. (2002). A survival guide for leaders. Harvard Business Review. Also in HBR’s must-reads On Change.
Kegan, R. & Lahey, L. L. (2001) The Real Reason People Won’t Change. Harvard Business Review. Contained in HBR’s Must Reads on Change.
Kegan, R. & Lahey, L. L. (2009). Immunity to Change: How to Overcome It and Unlock the Potential in Yourself and Your Organization (Leadership for the Common Good). Cambridge, MA: Harvard Business School Press.
Shearon, D. (2010). Change is hard, Except when it’s not. Positive Psychology News Daily.
Imágenes
Buds to Blooms courtesy of Vicki DeLoach
Flu Shot courtesy of Lance McCord
Cocktail party conversation courtesy of Vox photo
Immunity Map Worksheet – Pointer to the Minds at Work worksheet – where you can see it much more clearly
Protective gear courtesy of Katrina Cole